viernes, 28 de noviembre de 2008

Las plegarias de Paulito. Por jorge Olivera Castillo.

El cantante Paulo Fernández Gallo ama a la música y al Comandante. Lo ha dicho sin tapujos en Miami, el sitio donde la nostalgia quema y los tormentos del desarraigo aplastan el alma. ¿Se expresó el salsero cubano con honestidad?, ¿Reaccionó ante la suposición de una encerrona?, ¿Respondería, de manera diferente, alguien que todavía es ciudadano cubano, aunque resida actualmente en Italia y además todavía tiene familiares en la Isla?
Por ahora es complicado hallar una respuesta fiable. Primero que nada hay que tener en cuenta las circunstancias que dictan las pautas del comportamiento de cualquier ser humano, en este caso de un músico nacido en La Habana en los primeros años de la década del 60 del siglo XX y sometido a unas normativas existenciales que prescriben actitudes muy afines a la doble moral y a un distorsionado patrón ético, ambas desgajadas de un severo contexto represivo.
El miedo a ponerle letras o palabras a los pensamientos críticos, tiene en Cuba signos de pandemia. Mucho más ante preguntas que impliquen a Fidel Castro o algún alto dirigente y que en este caso se realizaron en un sitio extremadamente sensible a tales temáticas.
Creo que Paulito FG como se le conoce en el ámbito artístico nacional, actuó movido por las emociones. Estoy casi seguro que no esperaba cuestionamientos de tal magnitud.
Solo siguió un modelo de respuestas practicado por quiénes temen contrariar un sistema con infinitas posibilidades de hacer daño. No es de extrañar que otras de las estrellas del firmamento musical autóctono hubieran esgrimido argumentos muy similares, acción que dicta los parámetros de una regla, con pocas excepciones. En algunas oportunidades intervienen matices. No obstante al final se imponen las simpatías, bien reales o ficticias, pero concluyentes al expresar una adhesión categórica a la ideología del partido comunista.
Paulo toma partido por Fidel Castro, en la principal ciudad del exilio. Con esa posición les lanza un cubo de lodo a sus colegas hoy asentados en esta ciudad después de escapar de las políticas impuestas por el personaje al que él le dedica sendas muestras de incondicionalidad. No sé que habrán pensado Donato Poveda, Albita Rodríguez, Isaac Delgado, Manolín (el médico de la salsa), Leonor Zamora, Raúl Gómez, algunos de los cantantes que pusieron pies en polvorosa tras desencantarse del socialismo.
¿Es incierto lo que dijo el popular presentador Carlos Otero, en Miami, hace pocos meses cuando protagonizó una espectacular fuga con su esposa e hijos?, ¿Por qué la actriz Susana Pérez decidió continuar su labor actoral en los teatros y la televisión del Sur de la Florida después de una larga y fructífera carrera en Cuba?
La gente que ha optado por abandonar el país definitivamente, lo ha hecho en correspondencia a un proceso acumulativo de insatisfacciones. Todos se fueron convencidos de que el sistema es obsoleto, represivo y carente de las bases para forjarse un óptimo crecimiento material y espiritual.
Si las palabras de Paulito salieron del corazón, cosa que cuestiono, no hay nada de extraordinario en ello. Es su criterio. Otra cosa es estar o no de acuerdo.
Existe un adagio muy aleccionar para encontrarle el sentido a ese tipo de respuestas: “El hombre piensa como vive” .Dejando a un lado la relativización inherente a la conducta de los seres humanos a partir de influencias culturales, psicológicas, sociológicas y familiares, entre otras, Paulo FG está satisfecho con lo que ha conseguido bajo el paraguas de la revolución. Vive la mayoría del tiempo en Italia, logró alcanzar cierta fama a partir del carisma y el talento, en fin, ha podido-dentro del sistema, crear las condiciones para vivir lo mejor posible.
Su ámbito expresivo permanece condicionado por el medio en que se desenvuelve. Obviamente no ha pensado abandonar la Isla y esa decisión conlleva requisitos impostergables. En su declaración de fidelidad, pienso que se extralimitó. Demasiado sumiso. De ahí mis dudas sobre la autenticidad de las respuestas.
De todas formas todo lo dijo muy claro y eso consta para la historia. Gracias a la noticia publicada en el diario floridano el Nuevo Herald, ya sé cuál es el Dios de Paulo FG. Por suerte no es el mismo que el mío.
En su religión son millones los herejes. Un indicio de que las apariencias engañan.
oliverajorge75@yahoo.com

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