viernes, 17 de octubre de 2008

El blog de Yoani. Por Miguel Iturria.

Un blog es un espacio virtual que a veces trasciende las redes de Internet. Los políticos colocan en el suyo sus discursos, las emisoras radiales le cuelgan textos informativos, los periodistas lo convierten en una columna sin editor y otros lo utilizan como bitácora personal.
Generación Y, de la célebre bloguera cubana Yoani Sánchez, es una brújula que rastrea sus pasos por las calles de La Habana, cuyo absurdo habitual la llevó al exorcismo. Ella misma definió su arte blogética como “una bitácora a saltos, intermitente y retrasada…” y calificó sus escritos como “desencantadas viñetas de la realidad”, pues “después de probar con el silencio y la evasión, no resultaron”.
Ante la pregunta “¿Por qué Generación Y?”, la ganadora del Premio Ortega y Gasset de periodismo digital, respondió: “Porque arrastro la culpa generacional del silencio, de la pasividad y del asentimiento tácito. Creo que ya va siendo hora de que mi gente se haga oír, en toda su pluralidad y desencanto”.
Esa y otras razones, quizás más íntimas, anidan en las reseñas y en las ilustraciones que complementan el posteo de sobrevida que es Generación Y. El mismo comprende el período del 2 de abril del 2007 al 29 de junio del 2008, y circula en un pequeño CD de Ciber Prensa, formato Word Pres, plantilla Mandigo.
Su alegato generacional traspasa el interés de quienes franqueamos el umbral de los treinta años. Las mini crónicas de Yoani son un diario de circunstancias que narran la incertidumbre de muchos cubanos, lo cual acentúa el interés de esos textos breves, alusivos, irónicos y bien escritos. Ella sabe que lo personal difiere pero se torna colectivo en un país con consignas anticuadas, batallas ficticias, pregones de igualdad, soberanía arrendada, diáspora desmedida y chistes que desacralizan la distorsionada visión ideológica impuesta desde el poder.
Lo sabe y lo recrea de forma desenfadada. Casi nada pasa desapercibido para esta habanera que le ha tomado el pulso a la ciudad. Sus descargas tienen valor testimonial, pero no hay frivolidad en la catarsis. Detrás de cada suceso glosado hay una dosis de análisis condimentada con sátira y humor. La bloguera tiene estilo propio y conoce las pautas del periodismo digital.
Mención especial merecen sus fotografías, los cuadros, los fotomontajes, el uso de los grafitis, las litografías de César Leal, Carlos Verdecía, Robespierre y otros amigos que colaboraron con ella en las ilustraciones. Estas calzan los textos pero valen por si mismas; sin ellas la escritura perdería parte de su magia y el mensaje sería menos convincente.
En el blog que ahora circula en CD hay reseñas culturales, comentarios de libros, sucesos urbanos, apuntes de un atraco, una redada policial y nota que apresan un instante de la vida política cubana, la cronología de una velada en el Café teatro nacional, un recorrido en bici taxi por las calles de La Habana. Yoani habla de los carteles políticos, de un ómnibus biplanta para turistas, de la escuela del hijo, el cumpleaños del marido o de alguna de las reflexiones del Comandante en Jefe.
La aparente sencillez de sus análisis colinda con la agudeza de las observaciones. La autora conectó el radar y trató de descifrar las claves de la realidad. Su peculiar sensibilidad parece una alfombra de acceso al entramado social que la inquieta.
Títulos como “Cambiar el cartel” (Junio 29 del 2008), “Votemos por el humor” (mayo 31), “Las verdades de Zanussi” (febrero 28), “Parlamento viene de parlar” (enero 22), “De tele clases y otros absurdos” (dic. 12 del 2007), “Las medias noticias” (octubre 5) o “Internet por señas” (13 de agosto), devienen retratos incisivos del entorno insular, ángulos de nuestra cultura.
En el primero advierte: “Hay definiciones, consignas y formas de llamar las cosas que siguen usándose por puro automatismo, aunque en la realidad poco quede que justifique esos apelativos…La realidad no se parece a lo que se anuncia…”
Habla de un programa humorístico y del actor “que pinta de burla nuestro absurdo cotidiano…”, al cual considera “la única figura pública en la que veo representada mis demandas”.
Reporta la intervención de un cineasta italiano en el Cine Chaplin y ubica la tesis de su filme al entorno cubano, donde “el camuflaje, la simulación y el cinismo de los viejos es más permanente de lo que pensamos”.
El uso de títulos irónicos como “En busca de la piedra Rosetta” (febrero 25 del 2008) o los citados “Parlamento viene de parlar” e “Internet por señas”, acentúan el valor de comentarios que recrean, desde el absurdo, la actualidad política del país y el escepticismo de la bloguera ante los cambios anunciados por el grupo gobernante.
Los propios avatares del blog de Yoani, los links, los comentarios y la censura de “los boicoteadores y los muchachos de la Brigada de la respuesta cibernética…” también ocupan espacios en estas páginas; en las que ella presenta a Potro salvaje y otros bloggers que oxigenan la incipiente blogósfera cubana.
Como no es posible referirnos, desde la brevedad de esta nota, a todos los duendes, fantasmas y problemas que desata la creadora de Generación Y, invito a los lectores del ciberespacio a buscarlo en Google o localizar el CD que circula de mano en mano en La Habana y otras ciudades. Tal vez Yanisleidi, Yoandri, Yusimí o Yunieski acudan a su reclamo.

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