lunes, 15 de septiembre de 2008

Desventuras de un violador. Por M. Iturria Savón.

Desventuras de un violador. / Miguel Iturria Savón.
Alain Garcón Torres, un mulato oriental de 27 años, detenido el 9 de marzo y asegurado con la medida de prisión provisional, fue llevado a juicio días atrás en una de las salas de lo penal del Tribunal provincial de Ciudad Habana.
El acusado es vecino de Contramaestre, pero cometió sus últimas fechorías en la Guinera, Arroyo Naranjo, donde obtuvo refugio en noviembre del 2007, al escapar de la prisión La Caoba, ubicada en Palma Soriano, provincia Santiago de Cuba, en la cual cumplía siete años desde enero del 2004 por el delito de violación.
La vista oral de Alain Garcón fue un ejemplo de los hechos violentos cometidos casi a diario por los delincuentes que convierten a la Guinera en uno de los lugares más inseguros de la capital y, quizás, del país.
El citado Alain irrumpió en una fiesta el 9 de marzo del año en curso. Se encontraban allí Nilda Yisel y Thomas Díaz en compañía de las menores Yinet R. Álvarez y Claudia E. Cuello, a quienes siguió cuando se marcharon del lugar. Las alcanzó en la Calzada de Bejucal, entre Álamo y Mendoza, Arroyo Naranjo, pero solo pudo forcejear con T. Díaz pues las demás corrieron. Alain la despojó de los zapatos Adidas y regresó a los alrededores de la fiesta en busca de otras víctimas.
Se fijó entonces en Mónica Gort, Yasiel Ojeda y en la menor Yeilis Beatriz Rodríguez, a la cual agarró por el cuello, le puso un cuchillo en la espalda y le exigió a sus acompañantes que los dejaran solos. Mientras Mónica y Yasiel buscaban a la policía, Alain introdujo a Yeilis en un pasillo e intentó desnudarla, pero la chica lo golpeó en los testículos y escapó; en el forcejeo previo él le arrebató la cadena de plata y una joya rectangular valorada en 200 pesos.
Esa noche Alain persistió en sus asaltos. En otro lugar de Arroyo Naranjo observó a Dianeyvis Tejera Suárez, la siguió con su cuchillo y, sorpresivamente, trató de arrebatarle la cadena de oro Goldfish que llevaba al cuello. La muchacha lo enfrentó como una fiera, lo mordió y empezó a gritar hasta que salieron los vecinos. Él se marchó sin cumplir su objetivo. Un rato después fue detenido por dos policías.
Al día siguiente, en las presentaciones para el reconocimiento, Alain Garcón Torres fue identificado por varios afectados. Le ocuparon el cuchillo que utilizó en sus atracos y algunos de los objetos robados.
La sarta de desventuras del prófugo oriental es más risible que patética. Sus confesiones ante el Tribunal fueron tan burdas como los asaltos que protagonizó para violar y apropiarse de las prendas de varias muchachas en lugares públicos. En el juicio quedó demostrada la violación en grado de tentativa, con coacción y otras tropelías. El fiscal le pide 18 años de prisión.