viernes, 8 de mayo de 2009

La Plaza de Guantánamo. Por Miguel Iturria Savón.


La Plaza pública de Guantánamo, ubicada en El Caribe, al noroeste de la ciudad, es una explanada enorme regida por columnas de hormigón con textos y figuras históricas esculpidas sobre el cemento a modo de obelisco. En los bajos, con entrada exterior por otra calle y conectado al monumento por una escalera protegida por guardianes, se esconde un protocolo soterrado, especie de museo con salón de reuniones, pasillos con paisajes de la ciudad, oficina y área de servicios para huéspedes ilustres.
Concebida como sitio de concentración para que las masas expresen su adhesión al Gobierno y al Partido Comunista, la plaza colinda con las edificaciones de los centros del poder. Al fondo el moderno Hotel Guantánamo, detrás de este los edificios destinados a la población desde la década del sesenta del siglo pasado. A la izquierda una carretera que se adentra en las montañas que rodean a la ciudad. El Hospital provincial “Agustino Neto”, la sede de Sol visión, la empresa Etecsa y la bella sucursal del Banco financiero internacional completan la mediocridad del entorno arquitectónico.
Como cada vez son menos los actos masivos los pobladores atraviesan la plaza sin contemplar las efigies que atraen al viajero interesado en el patrimonio histórico y cultural. El conjunto escultórico enlaza el presente de la localidad con hechos y figuras de la historia nacional. Resaltan el realismo artístico del rostro de Mariana Grajales, la alegoría ecuestre del Mayor general Pedro A. Pérez y el busto del soldado del Ejército Rebelde que mira al horizonte.
Esta plaza, como la “Antonio Maceo” en Santiago de Cuba, la “Calixto García” en Las Tunas, la de Bayamo y otras capitales de provincias, no es más que una reproducción maltrecha del bello entorno urbanístico de la Plaza “José Martí” de La Habana, donde el tirano Batista promovió espacios urbanos monumentales al estilo de Mussolini en Roma.
La ciudad de Guantánamo, capital de la provincia homónima, posee otros espacios citadinos que marcan la vida de ese pueblo rodeada por ríos y montañas. El 75% de su territorio son parajes rurales, donde aún se cultiva el café, de gran incidencia en la economía y la cultura regional desde las emigraciones francesas de principios del siglo XIX, cuando despuntó la hacienda de Santa Catalina de Ricci, en torno a la cual se nucleó la villa, ampliada después hacia los cuatro puntos cardinales.
El bellísimo Parque Martí con la Iglesia de Santa Catalina a un costado, la antigua cárcel convertida en Museo provincial en 1986, El Palacio Salcines –actual sede de Patrimonio cultural-, la Tumba francesa en la Loma del Chivo, el Casino Español reciclado en Casa de cultura y otras instalaciones, hoteles y comercios de la ciudad gozan de mayor reconocimiento público que la Plaza “Mariana Grajales”, la cual simboliza el desplazamiento urbano del centro hacia la periferia.
A pesar del tiempo y los cambios promovidos por la colectivización social, en la provincia más oriental de Cuba sobreviven restos tangibles de su patrimonio agroindustrial, caracterizado por su valor histórico, arqueológico, natural y arquitectónico. Las plantaciones cafetaleras de los municipios Guantánamo, El Salvador, “Niceto Pérez” y Yateras avalan ese legado reconocido por el Comité de Patrimonio de la UNESCO.

1 comentario:

Maikel dijo...

aqui les mando el nuevo video de la cancion de Panfilo en Cuba…gracias por pasarselo a los cubanos del mundo !

http://www.youtube.com/watch?v=X5FJavDQygQ

pueden pasar a verlo en mi pagina tambien...

www.myspace.com/cherubin1

Viva Cuba Siempre !!