viernes, 15 de mayo de 2009

El indomable. Por Miguel Iturria Savón.

Cada vez que veo a Didier me acuerdo del Paul Newman en La leyenda del indomable. El joven cubano es trigueño, delgado y narizón, pero evoca al personaje de Hollywood por la astucia y la voluntad al escapar de las prisiones mientras cumplía el Servicio Militar Obligatorio en el Regimiento antiaéreo que colinda con el Combinado del Este, donde lo conocí en 1999 al visitar a mi hijo, retenido por “faltarle el respeto al Jefe de Estado Mayor”.
Didier era una leyenda entre los soldados y oficiales, algunos de los cuales fueron sancionados por su culpa. El político no sabía qué hacer con él y el coronel extremaba las medidas para conducirlo a juicio por evasión continua y trasladarlo al penal. No imaginaban que al final nuestro Papillón sería más sutil que ellos.
Inicialmente fue soldado del Cuerpo de Seguridad de la Unidad militar 2369, fusionada con la 1700, ubicada en Santa María del Rosario, al sudeste de Ciudad Habana, donde dicen que robaba gasolina antes de ir al calabozo por primera vez. Escapó cuando un posta abrió la reja para darle la comida. Corrió como un venado y se internó en un bosque cercano.
Fue capturado por el Cuerpo de prevención de las Fuerzas Armadas y conducido al cuartel de estos en Reloj Club, municipio Boyeros. Allí se rebeló contra los abusos aplicados a los soldados. Volvió a fugarse durante el traslado a su Unidad aunque iba en calzoncillos y con las manos atadas a la espalda. Se tiró de la camioneta en una intercepción y corrió hasta la casa de un campesino, a quien le contó que fue asaltado y despojado de sus bienes.
Al mes siguiente lo apresaron otra vez y lo condujeron al Centro de Entrenamiento Intensivo de Managua, prisión militar provisional en la que obligan a los reclusos a hacer ejercicios con fusil, casco y botas antes de ser juzgados. De esta también escapó de forma espectacular pero lo sorprendieron en la casa de la novia, que lo visitaba cada día en el calabozo de su Unidad, de donde logró fugarse a través de un hueco hecho con cabillas en la pared, por lo cual castigaron al resto de los detenidos y el mando ordenó un ejercicio demostrativo con el soldado más flaco del regimiento.
Al terminar los dos años de Servicio Militar Didier no había cumplido ni tres meses con sus deberes de soldado. Mientras esperaba el trasladado a la Prisión de Ganuza coincidió en la celda con un chico operado de apendicitis, quien le explicó los síntomas de la enfermedad. Inmediatamente empezó a fingir los achaques de esta y convenció a los médicos que lo examinaron. Fue operado en el Hospital Naval. Durante la convalecencia le dieron la baja.
A diferencia del mago Houdine, rey de las fugas, Didier no murió de apendicitis. Cambió esa porción de su cuerpo por la libertad. Nuestro indomable contrasta con el personaje de Paul Newman, que muere al final del filme.

3 comentarios:

AG dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
AG dijo...

Miguel,
Mi mama es medico y ha ejercido su profesion por mas de 30 anos. Un dia consiguio una invitacion a un evento cientifico en Canada el cual yo aproveche para invitarla a quedarse a vivir conmigo, y ella con mucho gusto acepto. El gob. Cubano a tomado la accion de mi madre como una traicion a la patria y le han negado la entrada a Cuba por mas de 9 anos. Inclusive, y para hacer la historia mas horrible, mi abuela fue diagnosticada con una enfermedad terminal, y aun asi mantuvieron a mi madre en la lista de los sin permiso para regresar a su pais. Mi mama nunca ha podido entender pq esto a ocurrido, pues fue una persona muy dedicada en toda su carrera profesional en Cuba. Hemos conocido q este caso no es aislado y que ademas hay una resolucion oficial q apoya estas acciones tan destructivas para la sociedad. Tiene Ud. Miguel algun escrito sobre el asunto?

15 de mayo de 2009 9:19

Anónimo dijo...

Primero quiero felicitarte porque me gustó mucho este comentario, y confieso que me identifiqué con la historia de este chico, porque tambien fuí reclutado por el SMG.
--Cuantas familias fueron franquedas por el estrecho de la Florida, y quedaron dañadas para siempre cuando sus hijos no podian emigrar por tener la edad militar.
--Cuantos jovenes fueron encarselados.
--Cuantos murieron en otras tierras.
--A cuantos le troncharon el futuro cuando fueron arrancados de las aulas donde cursaban sus carreras para enseñarles el arte de matar.
El SMG lastra una historia negativa

Camposanto